martes, mayo 11, 2010

Bagua: Resistencia histórica *

Eloy Avalos Alvarado
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.

Muy pronto se cumplirá un año desde los sucesos de Bagua. Tengo en la memoria las declaraciones del Alan García: “Hay gran interés en que nuestra Amazonía no se toque y no se pueda extraer el gas, el petróleo que necesita Perú para su desarrollo, y eso sólo le interesa a potencias petroleras que quieren mantener a otros países como compradores de petróleo y no quieren que desarrollen sus riquezas”. Más adelante añade: “¿Qué es lo que se quiere, que Perú se quede de rodillas, se vea frustrado en su camino al desarrollo?".(1)
Estas declaraciones, no sólo expresan la forma de expresar de un individuo, sino es la forma de interpretar la realidad peruana de todo un conjunto numeroso de intelectuales de diferentes disciplinas sociales y de diferentes paradigmas teóricos e ideológicos.
La concepción del desarrollo implica una apreciación eurocentrista acerca de la estructura económica y social de un país. Ya que se concibe implícitamente que un país se encuentra en una situación de desfase respecto a otros países, como los de la Europa occidental. Asimismo, está implícito, en ideas similares a las de la declaración de Alan García, la idea de “la modernidad”.
Sobre este punto, obviamente no se refiere a una modernidad propia, sino a “la” modernidad única, la que estos intelectuales consideran como tal; la que justamente se concibió en el devenir histórico de la Europa Occidental, aquella basada en la tradición greco – romana, tradición cuyos elementos esenciales concurrentes son el belicismo, el capitalismo y el pensamiento platónico – aristotélico. El “Perú”, es un producto de este devenir. En ese sentido, dado que nuestra sociedad, no tiene la misma génesis histórica, ni tradición, todo acto de conquista o acto de apropiación violenta en estas tierras estará justificado; en tanto aquello que se le oponga vaya contra “la” modernidad; ya que esta es superior cualitativamente y es mayor cuantitativamente a otras formas de tradición u otras formas de modernidad.
Para los ideólogos de esta perspectiva, la concepción de la historia es lineal. Así, de esta concepción se desprende: Pasado = Atraso y Presente > Pasado.
En esos mismos días de los sucesos de Bagua, un columnista del diario Correo, escribía: “Los pobres integrantes de las tribus selváticas, que aún se encuentran en el paleolítico inferior, estarán -gracias a dirigentes como el Pizango ese- condenadas a la pobreza y a la extinción”. Y luego añade: “Cuando esos pobres chunchos se percaten de que se mantienen en la edad de bronce y siguen viviendo de cazar monos con cerbatana, cosechar bayas y sembrar coca (por la que los narcos les pagan una miseria) y deseen entrar de una buena vez al siglo XXI ya será demasiado tarde”.(2) Asimismo, desde otra perspectiva, pero con la misma carga ideológica y conceptual, se afirmaba “hay un problema de relación entre los Estados nacionales de América Latina y los pueblos originarios, quienes en su mayoría han sido excluidos del bienestar, de la participación y de la presencia política. Así, los grupos indígenas han crecido al margen de los Estados y, por este mismo motivo, cuando arrancan los grandes proyectos, especialmente los de extracción de recursos naturales, sienten que ello es una agresión contra su identidad y su territorio, aspectos de esencial importancia para estos grupos”.(3) Bueno pues, sólo se puede hablar de exclusión, en tanto y en cuanto, se está incluido en una forma de ver la realidad, incluido teóricamente, que entiende que todo aquel individuo que este bajo las reglas del Estado peruano no evidenciará estos problemas por estar justamente incluidos. Se desprende entonces, que lo que hay que hacer es incluirlos.
Estas concepciones niegan la posibilidad de un devenir histórico multiforme. Niegan las experiencias históricas exitosas de Egipto, de China, de la India, la Maya y la nuestra, la Andina.(4) Ya que conciben que lo único exitoso ha sido la tradición histórica greco – romana, la cual se encarna en el capitalismo mercantil de Occidente. En ese sentido, se niega la racionalidad milenaria desarrollada en este lado del mundo, la del mundo andino. Consideran que todo aquel que no calce con la racionalidad occidental, la racionalidad capitalista, o renuncia a su racionalidad o simplemente debe desaparecer. Esta connotación simple pero importante, es la diferencia entre el genocidio andino del siglo XVI y el holocausto judío.
Consecuentemente, la racionalidad que se trata de imponer infructuosamente sobre la población, resulta asimismo un proceso de alteridad. Sólo así se entiende el fracaso absoluto de la “democracia” y sus respectivos partidos políticos, sólo así se entiende el fracaso de las múltiples reformas económicas; ya que un desconocimiento absoluto de la tradición histórica andina no hace más que encarecer el proceso del devenir histórico de la sociedad peruana, pues se ha renunciado a un conjunto de estrategias exitosas de sobrevivencia en el mundo andino para sustituirlo por el de la tradición greco – romana. Sin embargo, a pesar de ello, se confunde modernidad con modernización, pensándose que la suma de modernizaciones conducirá a una modernidad endógena en la sociedad peruana, como muestran los rotundos fracasos, en la educación, del “bachillerato” fujimorista, el “Plan Huascarán”, y en otros campos, el famoso programa "Credito Interés Cero" o últimamente "Sierra Exportadora".
Sobre esta complejidad contradictoria de racionalidades, de contexto físico y social, que no es más que la alteridad de nuestros 500 años de opresión histórica, social, económica y cultural de parte de Occidente, hoy expresada en los intereses de las grandes transnacionales, estos “intelectuales” creen ver “el otro sendero”, la génesis del desarrollo del capitalismo o la “revolución capitalista” del Perú. Sólo desconociendo nuestro pasado histórico y nuestra propia tradición somos capaces de ver, como en el caso de Bagua; una situación incomprensible y deleznable. Y si así lo vemos, un año después, es que somos intelectualmente occidentales.
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(3) Ramiro Escobar, de Comunicación Política, Análisis Internacional y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
(4) Ramos, Gerardo. Una visión alternativa del Perú. Lima: Universidad Ricardo Palma, 2001., pp. 65 - 75.

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